Durante su niñez y adolescencia, incluso ahora que ya tiene 43 años, Eidan ha sido tratado como mujer. Desde que nació y el personal de salud le asignó el sexo femenino, y su madre y su padre lo registraron como tal, empezó también la dura lucha por el reconocimiento.
Nunca se sintió identificado con el género que le impusieron. Mientras crecía, en la infancia, se dio cuenta que su cuerpo no se ajustaba a la morfología de un “cuerpo femenino”. Notaba que sus genitales se iban apartando de la apariencia de una vulva y se asemejaban a la forma de un pene.
Ante los constantes castigos físicos y reprimendas de su padre, quien consideraba que no se comportaba como una “señorita”, huyó de su hogar en la sierra peruana y se mudó a Lima.
Durante sus estudios universitarios, Eidan comenzó a ajustar su expresión de género a como él se autopercibía, es decir, como un hombre. A quienes conocía se presetaba como «Eidan Kaletb”. Así comenzó a relacionarse con el mundo y dejar atrás los maltratos, los estigmas y las represiones de las que fue víctima en su propia familia.
Eidan siguió buscando comprender su identidad. Se sometió a un examen de cariotipo, que indicó que nació con: a) hipospadia por lo que sus genitales difieren en aspecto a los estándares tradicionalmente esperados; y b) criptorquídea, es decir, testículos no descendidos. Así supo que era una persona intersexual y que esa era la razón por lo cual su anatomía no se ajustaba a la definición típica de genitales femeninos o masculinos.
«Las personas intersex existen en el país, Naciones Unidas calcula que a nivel mundial hay un 1.7% de la población que es intersex. En el Perú no hay data, pero un infome de la Pontificia Universidad Católica del Perú calcula que 0.12% de nacimientos, es decir, 1 de cada mil, son infantes intersex. No hay normativas o protocolos pensados para ellxs, solo hay una guía del Instituto Nacional del Niño muy cuestionada por el sector médico porque sol recomienda cirugías y procedimiento que son correctivos o quirúrgicos cosméticos», sustentó Edith Arenaza, asesora legal de Promsex, organización que acompaña a Eidan, en la audiencia del Tribunal Constitucional que se realizó el 24 de julio de este año.
UN SISTEMA CONSERVADOR Y RESISTENTE
El sistema de salud no reconoció la diversidad de Eidan, le asignó que era mujer. Esta imposición legal del sexo significo un serio obstáculo en el acceso a servicios de salud. Se le privó de acceder a los exámenes complementarios requeridos y atenciones especializadas, a pesar de que presentaba dolores agudos y riesgo de cáncer testicular.
La asignación arbitraria del sexo junto con los prenombres que le consignaron al nacer, también lo sometieron a diversas formas de maltrato, burlas y discriminación en el ámbito universitario y en su ámbito laboral, pues ni su cuerpo corresponde con lo tradicionalmente considerado como “femenino”, ni su expresión e identidad de género condicen con el sexo señalado en su DNI.
UNA JUSTICIA ¿A LA ALTURA DE LA RESPONSABILIDAD?
El litigo tiene como objetivo principal el reconocimiento legal de la identidad de género de Eidan a través del cambio de los prenombres y el sexo consignado en sus documentos de identidad.
El 30 de mayo de 2018, Eidan, con el apoyo legal de Promsex, interpuso una demanda de amparo que tenía como primera pretensión principal que se ordene a RENIEC y a la municipalidad del distrito donde nació que cambien el sexo y prenombres indicados en su acta de nacimiento y DNI y queden consignados como prenombres “Eidan Kaletb” y como sexo “masculino”.
Así mismo, se corrija todos sus documentos de estudios.
El caso llegó al Tercer Juzgado Constitucional Transitorio de la Corte Superior de Lima, pero este declaro improcedente el extremo de la primera pretensión principal sobre cambio de sexo y prenombres. Se apeló la decisión y el caso Eidan pasó a la Segunda Sala Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirmó la resolución de primera instancia.
Lucía Santos, docente de la Facultad de Derecho de la universidad católica, participante en la audiencia ante el TC, señaló: «La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que existen una serie de garantías que se deben reconocer a las personas intersex, incluyendo que los trámites puedan verse por vía administrativa y se les dé las facilidades para corregir sus documentos que limitan su experiencia de vida y el libre desarrollo de la personalidad».
EL DATO
La bandera del orgullo intersexual fue creada en julio de 2013 por Morgan Carpenter, de Intersex Human Rights Australia, es un anillo púrpura al centro de un campo amarillo.