‘La Resistencia’ ataca la memoria de la violencia estatal

por | May 20, 2024 | Contracultura, Memoria, Uncategorized

El último viernes 10 de mayo, el grupo fascista ‘La Resistencia’ intentó boicotear el conversatorio ‘LA PIEL MÁS TEMIDA: Identidad y memoria en el cine peruano”, en el Centro Cultural CholoTerco, ubicado en Barranco.

En el evento participaban el productor Joel Calero, y otros panelistas como Karen Bernedo, curadora e investigadora en temas de memoria y género; Gloria Purizaca, periodista y editora de género de La República; Fernando Vilchez, director del documental “Su Nombre es Fujimori”; así como Sandra Flores y Yaré Colán, curadora de la exposición sobre violencia sexual durante el conflicto armado interno en los 80 y 90, incluidas las esterilizaciones y la violencia sexual por militares y policías.

Cuando había transcurrido una hora del conversatorio, un grupo de seis personas de ‘La Resistencia’ empezaron a gritar frases “terruqueando” a las y los panelistas, y señalando que la película apoyaba al terrorismo. Aunque se les pidió calma para dialogar y disposición para responder sus preguntas, se limitaron a gritar sin dejar hablar a nadie e incluso se negaron a devolver el micrófono a una de las moderadoras.

CRITICAR SIN SABER

El director Joel Calero les preguntó si habían visto la película. Después de no responder por minutos, los miembros de ‘La Resistencia’ aceptaron que no habían visto el filme y se retiraron.

“El conversatorio tenía como fin hablar de la película La piel más temida y sobre la memoria e identidad, temáticas vinculadas directamente con la exposición “La herida invisible” que aborda el caso de las esterilizaciones forzadas en el Perú y se desarrolla en la galería del mismo Centro Cultural donde se realizó el evento. Tanto en la película como en el caso mencionado, es claro quiénes son las pieles más discriminadas, oprimidas y violentadas. No es casualidad que este violento grupo antiderechos haya iniciado su intervención cuando conversábamos sobre quienes son la “carne de cañón” en contextos de violencia política, señalando que las mujeres afectadas por esterilizaciones forzadas durante el gobierno de Alberto Fujimori, así como las sobrevivientes de violencia sexual durante el conflicto armado interno son parte de este grupo vulnerado”, sostuvo Yaré Colán, curadora de La Herida Invisible.

El conversatorio era parte del programa que acompaña la exposición La Herida (in)visible, que es un ejercicio de memoria a través del arte, que espera concientizar a la ciudadanía para que no se repita la violencia contra las mujeres tal como ocurrió durante los años del conflicto armado interno (1980-2000). Durante esos años, como parte de una política nacional, se realizaron miles de esterilizaciones forzadas a mujeres campesinas, quechuahablantes, en situación de extrema pobreza; además ocurrieron violaciones sexuales por parte de tropas militares a mujeres del mismo perfil en zonas de emergencia donde los militares fueron destacados para la lucha antisubversiva.

“El negacionismo que propugna el grupo La Resistencia y la inacción de las autoridades frente a sus actos, varias de las cuales configuran delitos, abona a un ambiente de impunidad que agrava la situación de vulneración del derecho al acceso a la verdad, justicia y reparación de las víctimas del conflicto armado y la dictadura de Fujimori. Esta impunidad refuerza que el Estado peruano mantenga la violencia sexual como una forma de represión y control de las mujeres en contextos de conflictividad hasta nuestros días como ha ocurrido tanto en las protestas contra el régimen de Merino en noviembre de 2020 y contra el régimen de Boluarte y el Congreso en enero de 2023”, señala la abogada feminista y directora de Demus, Cynthia Silva.

Estas violaciones a los derechos humanos, calificadas como delitos de lesa humanidad, se repiten en la historia, con los últimos conflictos sociales, como las protestas del 14 de noviembre de 2020 y las de diciembre y enero de 2022 en la instalación del régimen autoritario de Dina Boluarte donde a los asesinatos se sumaron presuntas ejecuciones extrajudiciales y denuncias de violencia sexual durante las detenciones.