La denuncia por tortura policial a la policía de Indonesia que alcanza al cónsul de Perú en ese país, Julio Tenorio, en el caso de la muerte del activista trans masculino Rodrigo Ventosilla y la violencia psicológica contra su pareja sobreviviente Sebastián Marallano está en peligro de ser archivada, denuncia la defensa legal del caso.
El 6 de agosto de 2022, los esposos peruanos, Rodrigo Ventosilla y Sebastián Marallano, hombres transmasculinos y recién casados en Chile, volaron en distintos horarios hacia Bali – Indonesia para celebrar su luna de miel.
Rodrigo aterrizó primero y Sebastián cerca de las 7 de la noche. Una vez en tierra firme, Sebastián recibió una llamada de su esposo informándole que había sido detenido por llevar un grinder (moledor), gomitas y brownie de cannabis.
Cuando Sebastián llegó a la Dirección de Investigación sobre Drogas de Bali donde tenían detenido a su esposo, se dio cuenta que le habían quitado el celular y todas sus pertenencias. Intentó explicar que ambos eran personas trasnmasculinas, neuro diversas y que tomaban medicamentos con prescripción médica, incluso el cannabis que puede ser consumido en diferentes formas. Lejos de abrir una comunicación y sin presencia de fiscales ni jueces, Sebastián también fue retenido y ambos fueron colocados en una celda de un metro donde apenas cabían para dormir.
Según el testimonio de Sebastián, durante la retención sufrieron tortura psicológica y extorsión. Sostiene que la policía les exigió 13 mil dólares como pago de multa para liberarlos, algo imposible para ellos. Luego, la cifra aumentó a 100 mil dólares. El discurso de la policía era que en Bali-Indonesia existe tolerancia cero a la posesión de estupefacientes. Y con ese tenor los sometía al creciente temor de quedar encarcelados.
Ante la imposibilidad de tal pago, llegaron las amenazas a su integridad. Una de estas, que desató terror en Rodrigo, es que lo enviaran a una prisión de mujeres pese a ser un chico transmasculino. A estas amenazas se sumaban frases xenófobas y transfóbicas para ambos.
Sebastián pudo comunicarse con la familia de Rodrigo un día después y buscó la manera de pedir ayuda a la comunidad de activismo que tenían en Perú. Pidiendo apoyo para la recaudación de las “multas” solicitadas por la policía, las familias de Rodrigo y Sebastián se comunicaron con el consulado de Perú en Indonesia, denunciando que sufrían abuso.
Ambas familias señalan que pusieron el caso en conocimiento del cónsul Julio Tenorio, pero el funcionario no llegó a la dependencia, ni mostró ninguna acción para salvaguardar la vida de la pareja.
El 8 de agosto, dos días después de la detención, sometidos a las amenazas y al terror de lo que podría pasarles, Rodrigo y Sebastián se quebraron. Decidieron quitarse la vida, lejos, solos, sin ningún acompañamiento legal. Tomaron todas las pastillas que tenían a la mano. Ambos perdieron el conocimiento.
Sebastián cuenta que despertó tres días después en un hospital, amarrado a la cama y con evidentes restos de vómito en su ropa. Rodrigo se encontraba en otra camilla al lado, quejándose de dolor, sin que nadie lo atendiera.
El 11 de agosto, tras una penosa agonía, Rodrigo murió. El cónsul Julio Tenorio apareció recién el 12 de agosto. Es decir, seis días después de la detención y solo cuando uno de los peruanos detenidos falleció.
“La presencia del cónsul hubiera significado tener una defensa legal, que es mínimamente el derecho que debe tener una persona detenida. Una autoridad amiga, como debe ser un cónsul, hubiera representado para ellos, la posibilidad de defenderse y no se hubieran sentido abandonados. Han sentido el desprecio y el abandono del consulado. Del deslacrado de las maletas, la Fiscalía y nuestra defensa, advertimos que en dos libros, que la pareja solicitó para leerlos mientras aguardaban en la celda, los esposos habían dejaron mensajes de despedida para su familia, denunciando la tortura y el abandono del consulado durante el tiempo que estuvieron encarcelados”, cuenta la abogada Lucas.
LAS DENUNCIAS
En el caso de la policía de Bali se ha señalado denuncia por tortura contra el comandante Alfons W.P. Letsoin S.I.K. y otros efectivos de la Dirección de Investigación sobre Drogas de la República de Indonesia – Región de Bali que resulten responsables y que deberán ser identificados. El cargo es por infligir otros dolores o sufrimientos graves, sean físicos o mentales, o se someta a la víctima a condiciones o métodos que anulen su personalidad o disminuyan su capacidad física o mental.
Así mismo, la denuncia por la comisión de omisión de funciones es contra Julio Eduardo Tenorio Pereyra, quien tenía en ese momento la condición de jefe de la Sección Consular de la Embajada de Perú en Indonesia, y la categoría de Segundo secretario en el Servicio Diplomático de la República.
Según la defensa legal, Julio Tenorio tenía conocimiento de los hechos, puesto que existen pruebas fehacientes que acreditan que los familiares de Rodrigo le comunicaron desde el 7 de agosto de 2022; los detalles de la detención, información que incluía la solicitud de dinero por parte de la policía, así como la falta de defensa legal para la pareja.
Así mismo, indican, Julio Tenorio, conocía la capacidad funcional que tenía para poder garantizar el respeto a los derechos de sus connacionales detenidos; sin embargo, arribó a Bali el 12 de agosto, fecha posterior al fallecimiento de Rodrigo; “evidencia que decidió no actuar y no estuvo en Bali durante los días 7, 8, 9, 10 y 11 de agosto de 2022”.
PELIGRO DE ENCUBRIMIENTO Y ARCHIVO DEL CASO
¿Cuáles son los peligros que advierte la defensa legal? Chaska Lucas del estudio Llaqtamanta que junto con el estudio Arbizu y Gamarra llevan el caso de Rodrigo y Sebastián, señala que la Cancillería ha ingresado un informe de la investigación del proceso disciplinario al cónsul Julio Tenorio que alerta sobre la intención de encubrir conductas irregulares del funcionario y de la policía indonesa.
“No se hace mención de la denuncia de extorsión a la pareja y se intenta confundir sobre la actuación del cónsul, ya que la funcionaria que remite el informe indica que Julio Tenorio no intervino en el caso los días 7 y 8 de agosto porque la familia no lo autorizó. Lo que no dice es por qué recién se apersonó el 12 de agosto cuando ya Rodrigo había muerto. El informe pretende hacer ver que era la familia la que debió decirle al cónsul qué hacer, evidenciando con este encubrimiento que este desconocía sus funciones; no asesora a la familia, no identifica la extorsión que sufre la pareja, no consulta dónde estaban detenidos, malinforma sobre el estado e salud de ambos connacionales, con este informe la Cancillería relativiza y niega la responsabilidad del cónsul”, sostiene la abogada.
LAS RESPUESTAS INSÓLITAS DE CANCILLERÍA
En las declaraciones brindadas a la Fiscalía, Julio Tenorio ha señalado que informó a su superior Luis Tsuboyama de la extorsión policial denunciada por la pareja, pero el funcionario en contradicción con el cónsul investigado, ha negado esta afirmación, señala la defensa legal.
“Sospechamos que esta contradicción responde al blindaje que el Ministerio viene realizando a favor de Julio Tenorio, ya que de responsabilizarlo, sus superiores jerárquicos también tendrían que responder en funcionalmente. Negar cualquier actuación irregular de la policía y proteger a este funcionario, encubre la tortura vivida por Rodrigo y Sebastián y busca archivar el caso”, sostiene Chaska Lucas.
Para la defensa legal es claro que el consulado no consideró la gravedad de la violencia contra dos personas transmasculinas.
Según el informe del Ministerio de Relaciones Exteriores al que ha tenido acceso la defensa legal de la pareja, que está firmado por María Antonia Masana, directora general de Comunidades Peruanas en el exterior y Asuntos Consulares, la policía permitió que Sebastián se quedara con Rodrigo en la celda por “humanidad”; y que por lo tanto, no hubo discriminación.
¿Tiene asidero ese argumento? ¿Una persona puede decidir acompañar a alguien en una celda solo porque quiere?
“No es legal que una persona que no tiene cargo alguno esté dentro de una celda sufriendo y siendo lascerado en su dignidad humana. Inferir que este acto es humanitario y que por ende demostraría que no hubo transfobia, responde a un desprecio institucional por las vidas trans”, enfatiza la abogada.
Recientemente se cambió a la fiscal del caso, el nuevo fiscal es Carlos Zevallos Torres de la Primera Fiscalía Supranacional de Derechos Humanos e interculturalidad quien ha solicitado pruebas a Cancillería de todos los comunicados oficiados, pues el órgano del Estado solo presentó el informe fechado en 2022.
PLANTÓN POR JUSTICIA
A pesar de que Rodrigo, un estudiante destacado de la universidad de Harvard, murió. Su esposo, su familia y amigues siguen luchando por justicia. Sebastián aún tiene lesiones graves a su salud mental siendo un sobreviviente de una violencia que se narra descomunal y tortuosa. Su retorno al Perú fue difícil y angustiante además de la pérdida de su compañero de vida.
Desde el colectivo Diversidades Trans Masculinas que fundó Rodrigo Ventosilla, han convocado a un plantón en los exteriores de la Cancillería, el miércoles 17 de abril, desde las 3 de la tarde, para exigir justicia y que el caso sea investigado como se requiere en cualquier denuncia. Exigen que el Ministerio de Relaciones Exteriores aplique los canales de investigación y sanción al cónsul y que no sea este un caso más de impunidad por transfobia.