El proyecto de Unión Civil que impulsa el congresista Alejandro Cavero es el 2803/2022-CR.
¿Qué es lo nuevo en este proyecto que supone un avance en derechos para parejas LGTBIQ+?
Dice el proyecto: La Unión Civil se formaliza mediante escritura pública en el Registro de Personas Naturales de la Superintendencia Nacional de los Registros Públicos (Sunarp).
Si bien al principio el proyecto de ley decía inscribir en RENIEC, esto se ha modificado con un texto sustitutorio y se cambió por SUNARP, la entidad de registros públicos, donde usualmente se asientan sociedades, bienes y otros.
Pero vayamos al centro del asunto que ha despertado un debate -a mi entender- siempre peculiar, desfasado y poco profundo del contexto en el que nos encontramos las personas LGTBIQ+.
Hablar de unión civil puede ser hasta un privilegio. Quizá muchas personas puedan decir «ah, bueno, pero son derechos», «yo no me quiero casar, solo unión civil», «Por lo menos es algo».
Vamos por partes.
El mensajero: Siempre es bueno saber quiénes son los mensajeros. Primero está Alejandro Cavero, un congresista fuertemente criticado por apoyar la ley racista de cine, por el informe que absolvía a la policía de su responsabilidad en las protestas de 2022 y 2023, por comentarios superficiales sobre problemas del país. Un digno representante de la derecha capitalista, neoliberal, encarnada en la agrupación Avanza País que llegó al Congreso nada más y nada menos que con el economista Hernando de Soto, que luego nos los plantó en el Congreso y los dejó casi a su suerte no apareciendo más en el escenario de la disputa política a pesar de la crisis. Ese Hernando de Soto, amigo de Keiko Fujimori. En mi opinión, él y su partido, se preocupan mucho más en el consumo, los derechos fundamentales y no en los derechos humanos de las personas, son una prolongación del fujifascismo.
El fujimorismo antes con Martha Chávez presentó hace alrededor de 8 años la unión civil a través del Patrimonio compartido, porque para ellos nosotros solo podemos acceder a los derechos fundamentales que nos ofrece la Constitución Política del Perú. El capitalismo manda y ¡ah, nooo! Derechos humanos no, pero contratos, eso sí puede ser, aquí los afectos y el amor no están involucrados. Porque no habrá para los fujifascistas reconocimiento como tal de la existencia de parejas LGTBIQ+, ni familias diversas, ni Ley de identidad de Género, pero sí puede haber parejas para consumir, para comprar, para generar dinero al Estado, para acceder a los sistemas de salud privados. No hay legados, herencias, reconocimientos de salud, ni nada.
El mensaje: ¿Cuál es el mensaje de la unión civil? No pidan matrimonio, eso no importa y no se los daremos. Si es contratos si, total cualquiera o entre dos pueden comprar una lavadora, una casa, etc. El mensaje del capitalismo es ese: como consumidor vales, como personas o como ciudadanxs, no valen. Y distrae de un sentimiento y un objetivo mayor: el matrimonio igualitario, que pese a ser una unión más compleja, si incluiría el reconocimiento social, el reconocimiento legal, y más aún el de familias, porque sépase que ya existen parejas LGTBIQ+ criando hijxs. Y sus vidas se ven envueltas en una vorágine de complicaciones por la falta de reconocimiento por la LGTBIQFOBIA estatal. Era obvio, por ejemplo, que RENIEC no iba a registrar una unión civil y por eso le pasaron la pelota a Sunarp en el proyecto de ley. RENIEC se ha puesto varias veces en contra y ha apelado casos de reconocimiento, incluso, de matrimonios de parejas del mismo sexo en otros países haciendo caso omiso a las leyes.
El contexto de derechos: Es curioso. O, mejor dicho, no es curioso ni inocente que en este momento se hable de unión civil. El Estado peruano está entre la espada y la pared en el ojo de los tratados y convenios internacionales de derechos humanos. Su desacato a las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo ha puesto en el entredicho internacional (indulto a Fujmori y declaraciones contra el sistema interamericano). Aprobar una unión civil sería un golazo para el régimen autoritario de Dina Boluarte que ejecuta su plan con el Congreso, donde las fichas se mueven en ese contubernio. Le juegan en pared en toda esta farsa que el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, y otros antiderechos anuncien una marcha a oponerse. Mientras más oposición, mejor será la victoria para el Estado.
No olvidemos que se sabe internacionalmente que en el Perú se quieren tumbar el Ministerio de la Mujer, que ya se eliminó el lenguaje inclusivo en políticas públicas, que varias leyes están desmantelando el enfoque de género y derechos para las mujeres, que hay una movida antiderechos y negacionista de los derechos extremadamente fuerte. ¿Alguien de verdad cree que son derechos lo que este Congreso dictatorial nos quiere dar a lxs LGTBIQ+? No es hora de ser tibios ni celebrar privilegios que solo serán para unxs cuantos. ¿Quiénes son lxs que se pueden unir civilmente? ¿En serio? Si ni siquiera podemos aún vivir tranquilxs sin que alguien te insulte en la calle o nos maten, sí, porque nos matan cada día y no hay ni una ley contra crímenes de odio. Y ya para los que digan ‘ay, aunque sea une se quiere casar’. Ok, pero ni siquiera en un censo podemos saber cuántos somxs. Ya, pues.
El oportunismo: En este país ningún político hace las cosas de corazón. Todos obtienen algo a cambio. No hacer nada en el Congreso, pero sumar un puñado de admiradores. Les suma a su ‘discurso’, a su clase social, a sus redes sociales seguro. La propaganda es fiel al oportunismo. Un Estado con las manos manchadas de sangre, necesita de la fuerza social y esa proviene de, por ejemplo, los más excluidos. Las personas LGTBIQ+ estamos en ese grupo.
El capitalismo salvaje: Como venía diciendo más arriba, el capitalismo es un discurso y una acción perversa y depredadora. Ese capitalismo que te dice que tener una tarjeta de crédito es lo más, que puedes comprarlo todo, que hay que ser «emprendedxr», que te habla del «desarrollo», del «estatus», es el mismo que cuando te dice eso al oído, con otra acción te está quitando derechos». Al capitalismo no le interesa que seas ciudadanx, le interesa que consumas. Te habla de tus logros, y te hace individual, una mirada desde tu centro, desde tu burbuja, desde lo que tú necesitas, pero no desde lo colectivo, desde lo que es mejor para todes, desde lo que juntes podemos ser.
El capitalismo es hipnotizante y convierte privilegios de unos en ideas que parecen buenas para todes. No te dejes engañar. El capitalismo idiotiza y lo que está logrando es dividirnos. Hacernos pelear entre unión civil y matrimonio cuando en realidad, si te quitas la venda, no tenemos ninguno, y tenemos tan poco que nuestras vidas no valen para el Estado capitalista.
Entonces, vamos a seguir dejando que esta clase política que nos niega encima nos ponga la agenda de lo que queremos pensar, discutir y ser.
Se los dejo ahí.