36 años pasaron para que Solano tuviera un entierro

por | Nov 25, 2024 | Memoria, Uncategorized

Más de tres décadas después, Solano Ccayo Noa (29) tendrá un entierro un poco más digno.

Sus restos fueron encontrados en una fosa clandestina, en Llulluchapampa de San Pedro de Hualla – Ayacucho. Este jueves 21 de noviembre, la Quinta Fiscalía Penal Supraprovincial Especializada en Derechos Humanos e Interculturalidad de Ayacucho, los entregó luego de haber sido identificado el fragmento por el Equipo Forense Especializado (EFE) del Ministerio Público.

Sonia Ccayo Crisóstomo, hija de la víctima tenía 6 años cuando su padre, junto a más de treinta pobladores fueron asesinados por miembros de las Fuerzas Armadas, en mayo de 1988.

«Mi padre descansará en una tumba. Ahora, tendré un lugar donde pueda ir a dejarle una flor y prenderle una vela. Contarle que soy madre y que tiene nietos», dijo Sonia Ccayo, entre lágrimas, mientras el osario era llevado a la carroza fúnebre.

Como se recuerda, la masacre de Cayara aconteció entre mayo y junio de 1988, luego de que Sendero Luminoso emboscara a una patrulla militar y asesinara a un grupo de soldados. En represalia, agentes de las Fuerzas Armadas realizaron un operativo denominado “Persecución”, asesinando a más de treinta comuneras y comuneros cayarinos sin que se produjera un enfrentamiento con la población como pretendieron hacerlo creer en su momento.

Durante el desarrollo del juicio oral contra el exjefe político militar de Ayacucho, general José Valdivia Dueñas y otros militares por los delitos de homicidio calificado y desaparición forzada, en marzo de 2020, David Ccayo Ipurre, familiar de víctima, ofreció su declaración como testigo, ante la Cuarta Sala Penal Superior Nacional Transitoria Especializada en Crimen Organizado.

Ccayo Ipurre al igual que otros testigos narraron cómo las patrullas del Ejército se acercaron al lugar donde las y los pobladores de Cayara realizaban sus actividades agrícolas, zona conocida como Ccechua o Ccechuapamapa, ahí los rodearon para separar a los hombres de las mujeres y niños, luego de torturarlos con pencas de tuna, fueron asesinados. Uno de ellos fue Solano Ccayo.

Las esposas, madres e hijos de las víctimas a pesar de las advertencias y amenazas de los militares lograron interponer una denuncia ante la Fiscalía de Huamanga. El fiscal Carlos Escobar estuvo a cargo del caso. 

La Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) acompañará a las y los familiares de las víctimas como lo han hecho desde 1988, así como en la diligencia de restitución y entierro que se realizará en un camposanto de Villa María del Triunfo.