El caso del exarzobispo de Lima Juan Luis Cipriani ha abierto una serie de dudas sobre las acciones del Opus Dei, pero sobre todo de personajes ligados a esta institución, digamos, personalizada de la iglesia católica.
Rafael López Aliaga se muestra como uno de sus integrantes, al igual que hemos conocido algunos como el propio Cipriani.
Cuando Cipirani llegó al Perú pese a tenerlo prohibido por el precepto penal instruido por el para Francisco y ser condecorado por el alcalde de Lima que resulta ser su compañero opus López Aliaga, es claro que se consumaba el desacato a la máxima autoridad de la iglesia católica, ni más ni menos una airada respuesta a la Santa Sede.
Así las cosas, no se puede dejar de pensar que el Opus Dei debe estar alertado y rabioso con la disolución de, por ejemplo, el Sodalicio de Vida Cristiana, a donde también pertenecían otros Opus.
Pero, además, porque como lo han mencionado el periodista Pedro Salinas y otros entendidos en los vericuetos de la iglesia católica, el Opus Dei también está en la mirilla del Vaticano. Y no son pocos los escándalos que ya le alumbran con nombre propio.
En 2023, el Vaticano hizo modificaciones al Opus Dei. A través de un Motus Propio (decreto papal) modificó la regulación de las Prelaturas personales. Con ello, quitó al Opus Dei su estatus exclusivo, que desde 1982 le permitía no depender de un obispo.
Así queda reducida a una asociación de sacerdotes que no depende directamente del Papa y su jefe no será obispo dentro de la prelatura de la organización religiosa.
En cuanto a la participación de laicos en las actividades de la prelatura personal, el Motus Propio mantiene esa posibilidad, sin embargo, detalla que “la forma de esta cooperación orgánica y los principales deberes y derechos relacionados con ella se determinarán convenientemente en los estatutos”.
Solo revisando algunas investigaciones periodísticas tenemos que: uno, ignoraron las denuncias de pederastia contra el excardenal Juan Luis Cipriani. El vicario regional del Opus Dei en el Perú, Ángel Gómez-Hortigüela, emitió un comunicado en el que se disculpó por no haber atendido adecuadamente a un denunciante de Cipriani. Muy tarde, pues, el secretismo de la iglesia quedaba ya confirmado.
Dos, la denuncia pública de más de 43 mujeres contra el Opus Dei por reducción a la servidumbre, explotación laboral, abuso de poder y de conciencia realizada el 7 de setiembre de 2021.

Estas mujeres fueron reclutadas desde los años 70 a 90, a edades de 12 a 16 años, provenían de familias humildes y eran llevadas incluso de otros países. Se les prometía educación, pero se les colocaba en Escuelas de Mucamas. Les decían que su familia era el Opus Dei, se controlaban y denunciaban entre ellas como una ‘relación fraternal’ y no se les pagó nunca. El para Francisco cuando tomó nota de esta denuncia degradó al Opus Dei quitándole autonomía.
En 2024, se publicó una investigación llamada: “El lobby ultracatólico que se opone al aborto incluso para niñas violadas en Guatemala”. Allí se expone que en el primer semestre del año, 1.298 niñas de 10 a 14 años parieron en Guatemala, siete por día, pero que aún así había un lobby antigénero que se oponía al derecho al aborto y menciona a la Asociación la Familia Importa (AFI), “fundada por miembros de la opaca prelatura católica Opus Dei”, y que su influencia “se extiende por el Congreso, el gobierno y el sistema interamericano de derechos humanos”.
Una investigación de los periodistas Paula Bistagnino y Julián Maradeo para la plataforma periodística Connectas, señala dos denuncias judiciales en curso en Sudamérica: una en Uruguay y otra en Argentina.
En Argentina es el caso de Francisco Noreiko, quien falleció días después en un accidente de tránsito. Un desconocido que se presentó como amigo dio la noticia a la familia. Les dijo que Francisco había firmado un poder amplio para el manejo de todas sus cuentas y bienes a nombre de dos miembros del Opus Dei, Matías Amat Lacroix y Mariano Busaniche Iturraspe, así mismo que había donado sus seis inmuebles y tierras a la Asociación Cultural del Norte (ACN), una asociación civil ligada al Opus Dei.

Pero la investigación apunta que lo que este supuesto amigo de Francisco, en ese momento, en estado grave, internado en una clínica, no les dijo: Por ejemplo, como había firmado los papeles si no podía mover la mano ni poner su huella dactilar. Y tampoco explicó la inscripción de las seis propiedades inmuebles en tiempo récord en el Registro de la Propiedad Inmueble a nombre de la ACN: en 48 horas el trámite estuvo finalizado.
El proceso judicial se inició en 2009 con una causa civil y otra penal: los denunciantes piden la “Nulidad” de las actas de donación y piden que se investigue la posible “Administración Fraudulenta”, “Circunvención de incapaz”, “Simulación ilícita y/o fraude a la ley”. Además, se investigue si hubo “Homicidio Culposo”.
En Uruguay, el Opus Dei enfrenta una causa judicial por presuntas presiones y abusos para quedarse con la herencia de adultos mayores. Los demandantes son sobrinos de María Luisa Gianoli Gainza, quien falleció sin hijos. En su testamento, María Luisa nombró a la Asociación Cultural y Técnica, una de las principales asociaciones civiles ligadas al Opus Dei en Uruguay, como su «universal heredera». Los sobrinos denunciaron que la curadora de la herencia les dejó fuera de la herencia y manipuló la fortuna. La demanda penal señala que se realizaron “donaciones prohibidas de los bienes de la incapaz”. La justicia uruguaya removió a la curadora del cargo y nombró un curador interino. El curador interino está revisando todas las cuentas de María Luisa para reconstituir su patrimonio real.
Importante ver el documental ‘El minuto heroico’ en HBO Max donde trece mujeres españolas cuentan las terribles experiencias vividas bajo la tutela del Opus Dei. Mujeres que eran captadas con becas para familias de escasos recursos o cursos de hostelería y catering.
La Iglesia católica está en una debacle moral, siempre lo estuvo, pero en épocas en que los derechos humanos existen -a pesar de que unos crean que son una cojudez-, vale la pena escudriñar los negocios y lobbies de una institución cuyo centro de poder, de estatutos, de acciones y pensamiento no han cambiado. Se siguen moviendo entre las sombras, amparados en dictaduras, autoritarismos y corrupción no solo del alma o el espíritu. La iglesia no cambiará nunca, pero las leyes deben prevalecer y hacerse rigurosas para traspasar los muros del silencio, la complicidad y la impunidad. Todo se sabe.