Niños que caen de los árboles: la obra de Mariana de Althaus en la que podemos mirarnos al espejo

por | May 16, 2025 | Contracultura

Escribe: Amanda Meza

Hay una realidad que algunos quieren negar. Esa realidad puede tener diversos motivos: evitar el dolor, la responsabilidad, exponer los sentimientos, negar los privilegios. En Niños que caen de los árboles, adaptación de la dramaturga peruana Mariana de Althaus, de la obra de Antón Chéjov, El jardín de los cerezos, la negación se ha instalado en una familia que no es solo un grupo de personas con afinidades y desafiliada, todo a la vez; esa familia es la ventana de algo más grande: un país fragmentado, disociado, polarizado sin retorno.

Una mujer (Kareen Spano) retorna a casa después de años en París. Llega a una casa que es su añoranza pero a la vez ajena, donde todos evitan que sus recuerdos la lleven por caminos que ellos mismos no quieren volver a mirar. Ella intenta, recurrente, mirar el jardín de cerezos que no es más un jardín de abundancia, es un terreno vacío, baldío, seco. Ese paisaje es la vida anterior y el paso de los años lejanos, es el futuro moribundo de una vida que ya no existe. Ese jardín es en esencia el escenario de la negación y la indiferencia.

En esta obra teatral los personajes que pertenecen a la familia que antaño fue adinerada intentan mantener el privilegio sobre otros. Y cuando hablamos de privilegi no solo es la situación económica sino también el color de piel, el apellido, la cuna; todos esos ingredientes que enarbola el clasismo.

En ese rol nada como pez en el agua (Lucho Cáceres), el hermano guasón, irerverente, sarcástico y racista despliega su soberbia anulando la voz crítica de quienes crecieron en casa trabajando para ellos, aún a pesar de que la vida da vueltas y pueden estar en mejor posición económica. Es la defensa del modelo económico imperante. Unos sobre otros. Los blancos sobre los cholos. Los amos sobre los sirvientes.

Una joven, Dalila, que ha crecido en la casa a la sombra de la familia es el centro de un discurso implacable sobre la desigualdad. Pero también la dignidad de los resentidos sociales, aunque en la pugna, la competencia, la venganza, no halle un camino de reparación a sí misma. La actriz Carolay Rodríguez destaca en ese personaje que complementa muy bien al rol del visitante que niega sus orígenes andinos y se ensalza en la apariencia recién llegado de Francia.

Otra joven, Alma (Mar Balarezo), en cambio, a ocupado el tiempo de la juventud en defender el apellido, el territorio, la casa, el status, el privilegio, y se ha perdido en sí misma, entre el dolor, el abandono y el desamor.

Allí suma el amante que va y viene, que defiende su libertad y su sensibilidad por los problemas sociales, por el país, por la desigualdad; pero no termina de cuajar entre sus palabras y sus acciones.

Un mayordomo aquietado, acostumbrado y resignado que no termina de trabajar para una familia que apenas nota su existencia. Pero que tiene esperanza, una esperanza única y casi increíble ante lo sórdido de la historia. Una excelente actuación de Augusto Casafranca.

Niños que caen de los árboles, no es una obra dueña de la verdad, es una obra en la que cada persona se puede cuestionar a sí misma en sus discursos, sus roles, sus acciones, sus deseos, sus lealtades, sus convicciones.
Es decir, en sus sombras y sus luces.

La directora de la obra, la dramturga Mariana de Althaus, adapta la obre de Chéjov al Perú de estos tiempos. No es en vano que el tema de la negación y la polarización envuelva la trama. ¿Dónde están las raíces? ¿Cómo se reconcilian años de servidumbre y racismo con las generaciones presentes en un capitalismo salvaje que impone una cultura aspiracional e individualista? ¿Cómo se enfrenta el vacío y el dolor? ¿Quiénes somos como sociedad? ¿Hay esperanza? Puede que a algunos la obra les parezca un diálogo recurrente , sobre todo para quien no se sienta despolitizado o cree que lo está, pero puede ser una oprtunidad única para quien no se ha sentado a cuestionarse el pasado, el presente y el futuro.


Título: Niños caen de los árboles
Dramaturgia y dirección: Mariana de Althaus
Intérpretes: Mar Balarezo, Lucho Cáceres, Brian Cano, Augusto Casafranca, Kiara
Quispe, Carolay Rodriguez, Kareen Spano y Sammy Zamalloa
Lugar: Auditorio ICPNA Miraflores
Fechas: del 9 de mayo al 29 de junio del 2025
Hora: Jueves a sábados a las 8:00 p. m. Domingos, 7:00 p. m.
Entradas a la venta en Joinnus